Es probable que el niño entre en conflicto, entre dichas enseñanzas y el ambiente social, ya que son raras personas las que siguen esta Ley.
La mayoria se somete a normas impuestas por los hombres, algunos lo hacen por:
- ignorancia
- tradición
- perezosos: se niegan a aceptar algo diferente que implique cambios
- socialización: les importa más tener una buena relación con otras personas que con Nuestro Creador
- prestigio
- dinero: éstos piensan, “Es peligroso ir contra la gente, puedo perderlo todo”, pero no piensan, “Es peligroso ir contra mi Padre, puedo perderme yo”
Bueno, sea cual sea la razón que tengan las personas para lograr una “socialización adecuada,” es nuestra responsabilidad educar a nuestros hijos de tal manera que sean capaces de llevar una vida social sin someterse pasivamente a otros y sin poner en riesgo su bienestar.
Es mejor que nuestros higos tengan un solo amigo, además del Creador y la familia, pero sabemos que es alguien dispuesto a aprender, escuchar, intercambiar y sobretodo a seguir el buen camino.
¿Porqué mi hijo no cumple con una regla de la familia? Debemos tomar en cuenta que si un niño “viola” una regla no siempre significa que sea oposicionista, agresivo, rebelde, …, también puede ser debido a que:
- Tiene dificultad para “interiorizar” normas por lo que incurre al rompimiento de las mismas.
- Tiene un pensamiento “egocéntrico” lo que le impide ver los intereses o demandas de los demás, puesto que se centra en los propios.
- Tiene poco conocimiento y comprensión sobre Nuestro Creador, por lo que desconoce acerca de obediencia, cooperación, ayuda, respeto, amor, etc.
- Tiene malos ejemplos de su familia, por lo que solo imita lo aprendido.
“Un niño que vive en un medio negativo y deformante, llega a la conclusión de que el mundo exterior también es así. Por lo tanto, sale a la defensiva para protegerse. “La mejor forma de defensa es el ataque.” No es de extrañar que estos niños, en parte para protegerse y en parte por repetir lo aprendido en casa, sean negativos, criticones, agresivos, etc.
“En cambio, el niño que recibe amor y seguridad en el ambiente familiar, saldrá al mundo seguro y confiado; será una persona creativa y espontánea, capaz de establecer buenas relaciones con sus semejantes. Una atmósfera de amor es el clima indispensable para la verdadera formación de la personalidad de los hijos, y eso exige de los padres una total responsabilidad frente a su misión de educadores.
“Los padres deben asumir consciente y responsablemente su tarea de educar a los hijos en medio de un mundo confuso y cambiante, que todos los días exige nuevas y renovadas orientaciones. No podemos improvisar y debemos mantener una disposición para buscar información y prepararnos para desempeñar nuestra tarea, ya que el futuro depende de la forma como realicemos esta misión.
“Por último, una buena educación también debe abarcarnos a nosotros como padres. Es decir, no podemos aspirar a formar hombres y mujeres completos y maduros si a nosotros mismos nos faltan estas características. Debemos exigirnos a nosotros mismos el ir mejorando junto con nuestros hijos, por ejemplo, luchando por combatir nuestros defectos lo cual será un estímulo para que nuestros hijos hagan lo mismo.” (Lic. S. Alicia de la Madrid)
¡Adelante!