¿Por qué decidimos enseñar en casa?
Primero:
Porque empezamos la estimulación temprana con nuestro primer hijo con el propósito de aumentar su atención, memoria, inteligencia, desarrollo motor, etc. Sin embargo, la estimulación temprana resultó recíproca. Pues, nosotros recibimos la estimulación tardía. En la medida que enseñábamos al niño, nos vimos en la constante necesidad de buscar más ideas y aprender sobre cómo enseñarle y qué enseñarle.
Nos dimos cuenta que la estimulación temprana funcionó. Pues, el niño empezó a leer palabras simples al año y medio y afianzando la lectura por sí solo a los dos años y medio, además de escritura, matemáticas, historia, ciencias naturales, etc. Vemos que nuestro segundo hijo sigue la misma dirección.
Segundo:
Después, nos enfrentamos con el gran problema. ¿Cómo integrar al niño en el sistema escolar? ¿No estimularlo más y esperar hasta los seis años? ¿Qué hará el niño durante los próximos tres años antes de entrar al primer grado? ¿Cómo se sentirá estar en el primer grado? ¿Será un niño adaptado en la escuela?
Para nosotros la respuesta fue clara y para el niño ¡también! Debemos continuar enseñando en casa. Pues, él no está dispuesto a tener solo clase de pintura, dibujo, música, recreación. El dice, “Esas clases son para bebés. Mi hermanito (11 meses) puede ir a la escuela, si él quiere.”
Tercero:
Deseamos dar una educación integral tanto para el niño como para el bebé que comprenda los siguientos objetivos:
- Académico: lectura, escritora, matemáticas, ciencias naturales.
- Cultural: costumbres, idiomas, música, arte.
- Físico: ejercicios motores, deportes teórico y práctico.
- Intelectual: conducirlo hacia un pensamiento analítico, creativo, abstracto, deductivo.
- Moral: la enseñanza en el cumplimiento de la Ley del Creador, el respeto, amor, normas, toma de decisiones, de acuerdos.
- Nutricional: la buena alimentación que comprende la educación por ejemplo de los padres y por investigación.
- Social: la enseñanza de un lenguaje correcto, culto, las buenas relaciones y la oportunidad de elegir sus amistades, sin importar la edad, condición social, nacionalidad.
Encontramos que solamente en casa se podrían cumplir dichos objetivos. ¡Oh! ¿Usted conoce algún otro lugar?
Cuarto:
En mi experiencia como psicóloga con niños escolares, he visto que muchos de los problemas infantiles tales como niño reprobador, agresivo, flojo, ladrón, mentiroso, drogadicto, desinteresado, problemas para las tareas, etc., han sido niños con un alto coeficiente intelectual cuyos intereses no fueron satisfechos adecuadamente, viéndose obligados a buscarlos de manera equivocada. ¿Desea usted correr el riesgo?
Quinto:
¿Qué es mejor? ¿Establecer una disciplina en un niño pequeño para aprender y trabajar o esperar hasta que el niño tenga seis años para establecer la disciplina?
Sexto:
Preferimos que el niño respete, admire y ame a sus maestros (papás) en lugar de que deposite esos sentimientos en un extraño. Es muy gratificante recibir besos, abrazos o “premios” como flores y dibujos de su estudiante-hijo.
Cuando los padres son educadores de sus propios hijos, los logros de sus hijos serán logros de sus padres.
“Educar a su hijo en casa, le asegurará mejor que en toda escuela maneras gentiles, pensamientos viriles, el sentimiento de lo que es digno y conveniente sin contar con que le obligará a hacer mayores progresos en sus estudios.” (Dewey, John. La Escuela y La Sociedad.)