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Home › Society › Education › Hogar › La Autoridad

La Autoridad

   “Hemos visto que las niñas presentan una tendencia a la imitación, contibuyendo a formar los cimientos sobre las cuales se comienza a construir un carácter particular que luego se ve reforzado por los hábitos. Es por eso nuestra responsibilidad como padres, el modificar nuestros hábitos negativos, sustituyéndolas por actitudes y comportamientos más adecuados.
   “Utilizar la inteligencia, fortalecer la voluntad y practicar el amor, empezando con nosotros mismos será una condición indispensable para ser mejores padres.
   “La honradez, la fuerza de voluntad, el valor, la bondad del corazón y las buenas modales se adquieren y se convierten en hábitos en la medida en la que el niño observa y vive estas virtudes en el ambiente familiar.” (Profra. Ethelvina Torres. Escuela para Padres: FAME)

Ahora bien, yo me pregunto, “¿Cómo establecer autoridad, sin imponer, gritar, insultar o perder la paciencia?” Entiendo, ya que muchas veces he peridido el control. Para nosotros, escribir información para esta página nos ayuda a reflexionar sobre el camino que andamos y renovarnos. Pero, no todos tienen esta alternativa. Así es que lo mejor es encontrar la guía en Nuestro Creador, además del mejor ejemplo a imitar. Sólo con El podremos desarrollarnos con seguridad, confianza, afecto, paz interior, amor propio, consideración a los demás, felicidad, responsabilidad, servicio, etc. Y al hacerlo nosotros también integramos a nuestros hijos.





Ellos en sus primeras etapas de desarrollo, requieren de mucha dirección. Es decir, los padres tienen que ejercer su autoridad en gran medida para enseñar a diferenciar lo bueno de lo malo, conforme avanza el proceso de desarrollo y conforme el niño se va convirtiendo en un ser más responsable de si mismo. Es decir, cuando ha aprendido a amar y respetar a Nuestro Creador, a tomar decisiones para su propio bien y el de los que le rodean, las padres pueden ir retirando paulatinamente el grado de autoridad sobre sus hijos.

Hay algunos obstáculos que en ocasiones nos dificultan ejercitar la autoridad. Tales son:

  • Pérdida de fe en Nuestro Creador.
  • Fe equivocada, fe puesta en alguna persona o en mí misma, creyendo que “Si te lo propones, puedes. Todo es querer.”
  • El miedo a perder el cariño del hijo o de la pareja. Amamos a cada miembro de la familia y también deseamos ser amados por ellos. En muchas ocasiones, por evitar ver una cara triste, damos permisos que debemos conceder o atendemos demandas y deseos que no debemos satisfacer. Corregir se hace difícil porque el niño hace berrinche, porque se enoja, porque nos hace mala cara, y pensamos que así perdemos su afecto más. Eso no es cierto, sobre todo si más adelante el niño comprende que es por su bien. Es importante que también recordemos aquello de que, “más vale un llanto a tiempo que arrepentirnos toda la vida.”
  • La pereza que conduce a inconsistencias. Tener ciertas reglas y hacerlas respetar, cuesta trabajo y esfuerzo, sobre todo en un primer momento. Con el tiempo y a medidad que se forman las hábitos, se hace más suave el camino aunque siempre es preciso mantenerse en “guardia”. Exigir que se respete una norma en el hogar, y dejarlo de hacer cuando estamos de visita, es un ejemplo de inconsistencia que no conduce a buenos resultados.
    Ciertos investigadores realizaron el siguiente experimento de laboratorio. En un gran caja pusieron un grupo de ratas que para alimentarse, tenían que pasar sobre un puente que tenía una especie de semáforo. Las ratas recibían una descarga eléctrica si pasaban el puente en luz roja, y si el semáforo estaba en verde, podían pasar libremente y alimentarse sin problemas. En otra caja semejante, colocaron el mismo número de ratas, con la diferencia que el semáforo del puente daba descargas intermitentes, a veces con la luz roja y a veces con la luz verde. Las ratas del primer grupo, aprendieron a pasar en verde y abstenerse de hacerlo cuando estaba en rojo. Las del segundo grupo, murieron de hambre porque nunca supieron cuando pasar. La inconsistencia hacía imposible cualquier tipo de aprendizaje.
    Algo semejante puede ocurrir con los niños durante su desarrollo, puesto que para adquirir confianza y seguridad y aprender cómo conducirse, el niño necesita la constancia. Es decir, necesita vernos siempres firmes y decididos, en cualquier momente y en todo lugar.
  • El medio ambiente que a través de los medios de comunicación entra en el hogar presentando imágenes que el niño no es capaz de asimilar de manera crítica. La gran variedad de modelos que se presentan como posibilidad de lo que puede hacerse en el mundo, contaminan la mente infantil y obstaculizan nuestra labor de padres. Es necesario, por lo tanto tomar decisiones y precauciones sobre la calidad de programas televisivos, (en nuestro caso, preferimos eliminar la T.V. y solo usarla esporádicamente a través de videos educativos), las canciones populares, regionales o infantiles, los amigüitos, vecinos, etc.

No debemos tener miedo a premiar, a castigar, a cumplir con nuestra responsabilidad de padres. Un hijo podrá reprochar….”por qué no me corregiste,” pero nunca reprochará….”por qué me ayudaste.” (Sra. Cecilia de Ferrari. Diplomada en Desarrollo Familiar.)




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