En una ocasión mi hijo de 3 años recibió una bolsita con dulces. El tomó, la llevó hasta la casa y me dijo, “Ese señor me dio estos dulces y yo quiero checarlas para saber si puedo comerlos.” Entonces checó uno por uno, y decía, “Este no, tiene azúcar. Este tampoco, es de chocolate. Este no, es picante, etc.” Así continuó hasta que puso todo en la bolsita y lo depositó en la basura. Después dijo, “¿Por qué ese señor me dio esto? ¿Qué pensó? ¿que yo como esto?”
Puede ser que su bebé tenga alguna alergia alimenticia si demuestra tales síntomas como el llanto, cólico (el llorar constantamente por mucho tiempo generalmente alrededor de la misma hora cada día), vómito, diarrea, sarpullido, eczema, congestión respiratoria, retorcimiento, etc., especialmente durante los 15 minutos después de haber comido. Si el bebé está criado a pecho, está reaccionando a algo en la dieta de la mamá y ella necesita intentar identificar el alimento que está afectando negativamente al bebé.
No es bueno seguir el consejo de tomar más leche si la mamá da de pecho. Esto aumenta las posibilidades de provocar una alergia en el bebé. Es mucho mejor tomar de 2 a 3 litros de agua diariamente. Alergia a la leche de vaca es la razón principal por estas manifestaciones arriba, especialmente si el bebé toma alguna fórmula basada en la leche de vaca. El problema son las proteínas numerosas. Las moléculas de estas proteínas no pueden entrar facilmente a las células como pueden las de la leche humana. Las moléculas de proteína de la leche de vaca se quedan más tiempo en la sangre para ser atacadas por el sistema inmunológico como si fueran invasores. Hay más de 30 proteínas en la leche de vaca que pueden causar una reacción alérgica, la más común es la caseína. Durante el proceso digestivo humano se producen más de 100 antígenos (algo que el sistema inmunológico considera como invasor) de estas 30 proteínas.
La leche de vaca es para el becerro, no para el infante humano. Los niños nuncar se adaptarán a la leche de vaca, igual que los adultos.