Cuando un Bebé Usa el Llanto para Controlar
Sí, estoy segura de que el bebé actúa el llanto, entonces no debo ceder. El niño no tendrá frustración. Al contrario, buscará maneras más adecuadas de expresarse. A veces resulta gracioso imitarlo, además de que puede verse reflejado en el adulto.
Hay muchas situaciónes en las cuales un bebé nos puede controlar. Por ejemplo:
- Para ser cargado.
- Para ser llevado afuera.
- Para comportarse mal en público. El sabe que estamos perdidos y que no sabemos qué hacer para disciplinarlo en frente de personas.
- Para comer. Esta es una de las más comunes. Un bebé puede controlar a sus papás, decidiendo qué alimentos comer y cuáles no. No debemos permitir que el niño coma lo que quiere, ya que no sabe sobre lo que es mejor para su cuerpo. A veces las mamás dicen, “Está bien, por tal de que coma algo.” Entonces, ¡ya cayeron! en el juego de sus niños.
Resulta difícil implementar disciplina a un bebé, pero es más difícil disciplinarlo cuando crezca. Algunos dicen, “Está pequeñito. Déjalo que disfrute su niñez.” Un niño disfruta más su niñez y toda su vida cuando los padres supieron ponerle límites. Además, como hemos visto, los niños entienden la mayor parte de todo desde que nacen.
El Famoso ¡NO!
Una de las primeras palabras que un niño entiende y aprende a decir es “NO”. Existen corrientes educativas que dicen, “Nunca digas ‘No’ a un niño cuando quieras llamarle la atención.” Antes, yo fui partidaria de dicha corriente. Ahora entiendo porque muchas madres me decían, “Ay, Licenciada, usted está soltera, no sabe.” Dicha corriente educativa argumenta que es mejor hablar con el niño y darle información sobre las consecuencias de su posible acción. Por ejemplo:
- “Si tocas esa vasija, puedes quemarte. Es peligroso.” Pero, ¿qué pasa si el niño está a punto de tocarla?
- “Si tiras la leche de tu biberón, estarás mojado.” ¿Qué haré cuando voltee su biberón, lo agite y se bañe de leche?
- La mamá dice, “Los juguetes están en el suelo.” El niño sólo voltea y los mira, como diciendo, “sí, ya los vi.”
No olvidemos que el pensamiento del niño es concreto, por lo que debemos darle mensajes directos. Esos son los más claros de entender. Sin embargo, a veces el niño no obedece el mensaje. Pudiera ser:
- Porque a veces los adultos también actuamos de manera concreta. Pensamos que somos claros en nuestra petición y culpamos al otro por no entender y en consecuencía no obedecer. Por ejemplo, “¡Vamos afuera!” para el adulto puede ser un mensaje directo y claro, pero para el niño, puede ser “vamos afuera de la recamara, afuera en la terraza, afuera de la casa.” Significa que puedo jugar con tierra, en el jardín, etc. ¿Cuál es la intención real del adulto? Sólo él la sabe.
- Si el niño realmente no desea obedecer, es una decisión de él. Podemos saberlo cuando ésto es así. Por lo tanto, si nuestro hijo desobedece o actuá mal, deberá recibir su castigo.
- La nutrición también afecta la conducta.
A veces hay padres que son muy sensibles al regaño o castigo y les resulta difícil hacerlo. Pero por amor a nuestros hijos, es necesario. De lo contrario, ellos no tendrán amor y respeto en su vida. Y lo peor, si no son capaces de someterse a la disciplina de los padres, mucho menos serán capaces de someterse a la disciplina de Nuestro Creador.
Recuerdo que la primera vez que mi hijo mayor Alejandro recibió unas nalgadas por no obedecer. Yo no pude evitar el llanto. Esto hizo la tarea más dificil para mi esposo. Pero, poco a poco, fui ganando fuerza, ya que no quería ver a mi niño en una total libertad.