¡Hola! ¡Bienvenido! Nos da mucho gusto tenerte aquí. Te felicito por acompañarnos. Eso quiere decir que eres una persona que busca lo mejor en bienestar de tu familia. Deseamos poder servirte.
La educación de un niño no es fácil, mucho menos educar a 30 ó 40. Así es que te invitamos a que empieces con tu preparación. Lograrás más que cualquier especialista en educación. La razón es simple:
- El alumno es tu hijo.
- El maestro es el padre.
- Se conocen mejor (intereses, gustos, metas, …).
- Son menos estudiantes.
- Trabajas siguiendo el ritmo y capacidad de tu hijo y no de un grupo.
- Tienes la oportunidad de enseñar con ejercicios prácticos, experimentales y reales en lugar de limitarte a evaluar conocimientos memorizados sin sentido.
Así es que te invitamos a iniciar con tu familia la educación para la vida. Para lo cual no necesitas una preparación como maestro. Lo que necesitas es un pequeñín para enseñarle tus valores, tus conocimientos, tus experiencias, tu amor y tu respeto hacia la ley del Creador.
Los maestros después de terminar sus estudios superiores e iniciarse en el mundo de la educación, se dan cuenta que no aprendieron cómo enseñar y se ven en la imperante necesidad de buscar métodos, mezclar programas y practicar con sus grupos, descubriendo por su propia experiencia que la universidad no les ofreció lo que realmente necesitarían al iniciar su trabajo docente. (Trejo, Arnulfo. Leamos los Sonidos.)
Para ti que te inicias, deseamos proponerte seguir pasitos simples. Luego, una vez que estés en un camino más firme, entonces estarás listo para tomar más y más. Pensamos que ésta es la mejor manera. Así empezamos nosotros, ya que por razones de escases en el mercado de la educación, economía, idioma, falta de conocimientos, etc., con pocas ideas, sugerencias en algún libro y observando los intereses de nuestros niños, poco a poco fuimos estructurando un programa de educación. Es como adquirir una casa. Si no somos de mucha fortuna, poco a poco la acondicionaremos, aplicando habitaciones, construyendo más, etc., en lugar de aspirar a adquirir una gran mansión, la cual debido a nuestra poca fortuna nunca la tendremos.
Por lo que te aconsejamos que no compres paquetes completos de programas educativos, ya que solo tomarás las partes que te interesen. A veces sus propuestas están fuera de nuestras posibilidades o el niño ya conoce la gran parte. Si se llegara a dar el caso de que sigas el programa desde la página 1 a la 100, correrías el riesgo de dar a tu hijo una educación como la escuela tradicional.